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sábado, 19 de julio de 2014

El papel de la Universidad en el distrito industrial corchero de San Vicente de Alcántara.





El pasado 17 de Julio presentamos a la vicepresidenta del Gobierno de Extremadura Cristina Teniente el proyecto “Hacia la constitución de un distrito industrial corchero en San Vicente de Alcántara”.

Los resultados no pudieron ser mejores, puesto que nos extendió el apoyo del Gobierno extremeño a esta iniciativa que parte de la Universidad de Extremadura, y en concreto, del grupo de investigación de Historia Económica de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, equipo de profesionales con el que colaboro desde hace un tiempo.

Ese día sembramos un germen sobre el que poder construir una necesidad histórica que demanda el negocio corchero sanvicenteño, y por extensión el extremeño. 

El equipo de investigación de Historia Económica defendiendo el proyecto "Hacia la constitución de un distrito industrial corchero en San Vicente de Alcántara", frente a los agentes institucionales regionales y locales. 


A partir de ahora queda una ardua labor de construcción del modelo socioeconómico que debe vertebrar la economía de San Vicente de Alcántara, y también de toda su comarca. En este trabajo será muy importante las aportaciones que hagan las instituciones (regionales y locales), la propia universidad, las empresas, las asociaciones y del resto de agentes que formen parte de esta red en donde se confunden los negocios, la cultura, el entorno y la sociedad de un territorio específico.

Organigrama tipo de un distrito industrial.

Precisamente me gustaría hablar de este aspecto, los agentes que formarán parte del distrito, todos ellos IMPRESCINDIBLES si se quiere llevar a cabo una empresa de la envergadura de la que estamos hablando. 

Para entender y justificar este hecho, debemos irnos a la propia esencia del concepto de lo que es un distrito industrial, para cuyo término podemos tomar distintos matices teóricos según a quien nos refiramos, pero que a mi personalmente me gusta simplificar en su definición, de la siguiente forma: Se trata de un consorcio del que forman parte varios elementos representativos de la sociedad de un territorio,  que centra sus esfuerzos y recursos en potenciar la fuente de vida de ese lugar, capacitando a las empresas que se asientan en él, favoreciendo la creación de otras nuevas, y permitiéndolas ser competitivas en un mundo tan hostil como el actual, paradójicamente mediante la colaboración sincera.
Si se comprende este concepto, es fácil entender que todos y cada uno de los agentes de los que hacía mención anteriormente son del todo necesarios, y la explicación es bien simple: todos y cada uno de ellos forman parte de la sociedad en general, y prescindir de alguno de ellos es dejar coja la mesa sobre la que construir el distrito.
Esta afirmación la hago a propósito de las opiniones (respetables, que quede claro) que manifestaron algunos de los agentes que participaron en las jornadas del día 17, quienes vinculaban el éxito de la constitución del distrito, a la necesidad de que fuese la rama empresarial la que liderara el proyecto de forma exclusiva.

Este argumento pierde validez a mi juicio a poco que se haga un diagnóstico de la realidad del tejido empresarial corchero sanvicenteño, y sobre todo, a la hora de medir las sensibilidades de las personas que hay detrás de las empresas,  quienes,  transmiten la necesidad de un apoyo necesario por parte del resto de agentes, tanto de las instituciones como de la universidad.

Por otro lado está el hecho de las estrategias que han de fijarse para con el distrito, que han de ser fruto de las negociaciones de todos los agentes que tienen implicaciones en generar esa capacitación empresarial necesaria, y que permita al distrito ser una incubadora de empleo constante. Cuando hablamos de un interés general como este, han de estar presentes todas las sensibilidades posibles en la toma de decisiones, para que esas decisiones sean favorables al conjunto de la sociedad del distrito, y esto solo es posible si forman parte del mismo todos estos agentes.

Me gustaría hablar del papel específico que tiene y debe tener la universidad en este proyecto, tanto en cuando me veo representado en este ente.

Para empezar el proyecto “hacia la constitución de un distrito industrial corchero en San Vicente de Alcántara”, se trata de una “solución” que parte del propio centro de conocimiento, y que por tanto, para materializarlo no hay mejor “director de orquesta” que el que lo ha desarrollado.

También hemos de hablar de la universidad como una fuente continua de conocimiento y de criterio técnico, algo muy necesario en este proyecto. La falta de este aspecto y de otros condicionantes precisamente fueron la causa de los fracasos precedentes de iniciativas similares a las que nosotros proponemos.

Además, hay que tener en cuenta que, en el marco económico al que se va a recurrir para poner en marcha las acciones que planteamos, es necesaria la presencia de organismos públicos de conocimiento, tales como los centros tecnológicos y la universidad, y concurrir así a proyectos europeos para optar a la financiación necesaria.

Por último, está el toque de objetividad que una entidad como la universidad aporta al conjunto del distrito, muy necesario a la hora de ayudar a tomar decisiones equilibradas.

Por lo tanto, está claro que no podemos entender los distritos industriales sin la presencia de la universidad, y no lo digo yo, lo dicen todos los casos de éxito existentes y las teorías que han permitido ayudar a poner en marcha “herramientas” como ésta, que permiten a las comunidades de los territorios  a sobrevivir de forma digna.

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